Este próximo viernes tengo que acudir a un congreso sobre social media marketing, qué interesante, qué emocionante, qué me pongo??
Pensar en ir sencilla pero elegante es la primera opción. Después empiezas a darle vueltas, ¿qué tipo de gente acude a estos eventos?, ¿será mejor llamar un poquito la atención?, ¿y si voy preparada por si luego surge algún plan, más social de lo que su nombre indica?
Todas nos hemos visto envueltas en este tipo de preguntas. Ahora que lo pienso, hasta he decidido arreglarme el pelo antes de ir, sin ser consciente de ello. Así que paro, pienso, y calculo la eterna fórmula en la que el tamaño de la maleta juega un papel muy importante. Tienen que ser prendas combinables entre sí. Tienen que rescatarme del frío que todavía hace, sin sufrir demasiado calor en ambientes cerrados. Otro requisito imprescindible es la comodidad, a veces más prescindible de lo que quisiéramos, pero en este caso, muy importante. Dadas estas premisas, creo que empiezan a surgir algunas ideas en mi mente. Así que apago mi "tecleador automático digital" y me marcho a comprar una gabardina color Camel llena de solapas, ¿y debajo?, imaginación, algo navy y un foulard seguro.
